INTRODUCCIÓN
El aula ya no es sólo el escenario físico del aprendizaje escolar, sino también ese escenario comunicativo donde se habla y escucha, donde se lee y se escribe, donde unos se divierten y otros se aburren, donde se hacen amigos y enemigos, donde se aprenden algunas destrezas, hábitos y conceptos a la vez que se olvidan otras muchas cosas.
Desde esta perspectiva, el currículo no es solo una retahíla de finalidades y de contenidos debidamente seleccionados: es también hablar, escribir, leer libros, cooperar, enfadarse unos con otros, aprender qué decir a quién, cómo decirlo y cuándo callar, que hacer y cómo interpretar lo que los demás dicen y hacen. por lo tanto el currículo es un contexto de comunicación.
COMPETENCIA COMUNICATIVA Y EDUCACIÓN
El objetivo esencial de la educación lingüística en la enseñanza primaria y en la enseñanza secundaria es la mejora del uso de esa herramienta de comunicación y de representación que es el lenguaje.
De ahí la convivencia de que la educación lingüística se oriente al dominio expresivo y comprensivo de los usos verbales y no verbales de la comunicación humana, y por tanto a favorecer desde el aula el aprendizaje de las destrezas del hablar, escuchar, leer, entender y escribir.
Concebir la educación como un aprendizaje de la comunicación exige entender el aula como un escenario comunicativo donde los alumnos cooperan en la construcción del sentido y donde se crean y se recrean textos de la más diversa índole e intención; supone contribuir desde las aulas al dominio de las destrezas comunicativas más habituales en la vida de las personas y favorecer, en la medida de lo posible, la adquisición y el desarrollo de los conocimientos, de las habilidades y de las actitudes que hacen posible la competencia comunicativa de las personas.
HABLAR EN CLASE
Los actos de habla constituyen un aspecto esencial de la conducta humana y en consecuencia de la identidad sociocultural de las personas. Cuando hablamos intentamos hacer algo, el destinatario interpreta (o no) esa intención y sobre ella elabora una respuesta, ya sea lingüística o no lingüística.
La formación lingüística del profesorado es deudora de la hegemonía académica de las teorías gramaticales y de los estructuralismos lingüísticos, y por lo tanto adolece de carencias teóricas y metodológicas evidentes en el ámbito del análisis, de la observación y de la evaluación del habla de las personas.
Estas teorías sobre el uso lingüístico se interesan por el modo en que ocurren en la vida real los intercambios comunicativos, por la forma en la que se producen los fenómenos de la expresión y de la comprensión entre las personas, por cómo se adquiere y desarrolla el lenguaje y por el papel que desempeña en todos esos procesos la interacción social. Por todo ello, la educación obligatoria debería contribuir al desarrollo de las capacidades comunicativas de los alumnos y de las alumnas de forma que les esa posible, con el apoyo pedagógico del profesorado, comprender y expresar de forma correcta y adecuada los mensajes orales que tienen lugar en ese complejo y heterogéneo mercado de intercambios que es la comunicación humana.
LEER, ENTENDER Y ESCRIBIR
Enseñar a leer, a entender y a escribir es hoy, como ayer, uno de los objetivos esenciales de la educación obligatoria. Sin embargo, al enseñar a leer, a entender y a escribir la escuela no sólo favorece el aprendizaje escolar de los contenidos educativos de las diversas áreas del currículo sino que también aprenden a usar el lenguaje en su calidad de herramienta de comunicación entre las personas y entre las culturas.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS, HEPERTEXTOS Y ALFABETIZACIÓN CRÍTICA
Los alumnos y las alumnas adquieren en las escuelas y en los institutos una serie de conocimientos, habilidades y actitudes acerca del entorno físico, cultural y social en el que viven.
Cada vez sus ideas sobre el mundo y sobre las personas tienen su origen en los mensajes de industrias de la conciencia como la televisión y la publicidad o en los contenidos que circulan por las autopistas electrónicas de la información.
La exhibición a gran escala, en el escenario de los mensajes de la cultura de masas y de internet, de los mitos, de las ideologías, de los estilos de vida y de las imágenes de la sociedad de libre mercado orienta así la construcción de la identidad cultural de las personas y de los diferentes grupos sociales y hace posible un conocimiento compartido y guiado del mundo.
El aula sin muros de la ventana electrónica del televisor y de las páginas de internet constituye en nuestros días el ojo mágico con el que observamos el mundo mientras en el mundo de la educación aún persiste esa absurda idea de que el sabes escolar debe permanecer ajeno a tales fenómenos comunicativos y, en un afán útil de ponerle puertas al campo, se empeña en convertir las clases en aulas con muros donde nada de lo que se dice y de lo que se hace fuera de la escuela entre dentro y sea objeto de estudio y de reflexión.
UN LEVE AIRE EMANCIPATORIO
La adquisición del conocimiento escolar y cultural no es sólo el efecto de una simple transmisión de información. Las personas aprendemos en interacción con otras personas, con los objetos, con los textos, con el entorno físico y social, y que en esa conversación vamos construyendo no sólo algunos aprendizajes sino también las teorías del mundo que confieren sentido a nuestra existencia.
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